martes, 12 de julio de 2016

Iluminados.



        Como siempre, el mejor momento para escribir, y expresar lo que siento y pienso, es cuando estoy tranquila y relajada, en mi habitación, por la noche, en mi zona de confort. Escribir mejor o peor es lo de menos, puesto que ni soy escritora, ni pretendo serlo, únicamente mi finalidad, es dejar salir lo que me angustia, lo que me hace feliz, lo que me inquieta, o lo que me gustaría cambiar, dependiendo del momento.

     La verdad, es que en estos días, en los que parece que todos nos hemos vuelto jueces, verdugos, sabios, eruditos en muchas materias, politólogos de carrera, y sobre todo, con derecho a opinar de la vida de los demás (lo que viene siendo la vieja del visillo, pero en redes sociales), es cuando más me gusta ver la vida con humor, y con amor, porque de no ser así, estaría ya buscando un bonsái de donde poder colgarme. 

     Quizá porque soy muy optimista, me gusta seguir creyendo en lo bueno del ser humano, y que hay "joputas", porque de todo tiene que haber en este mundo, es inevitable, pero que me quedo con muchas ganas de dar sartenazos varios, es indudable, y además de los gordos. 

     Sobre todo me entristece, que los que dicen ser tolerantes, sean todo lo contrario, y además se creen poseedores de la verdad absoluta, y eso, queridos míos, no la tiene nadie, le pese a quien le pese. 

     Me gusta leer, informarme, escuchar puntos de vista totalmente diferentes, para después sacar mis propias conclusiones, pero jamás, intentaría arrastrar a nadie a mi lado a la fuerza...dicho así, parezco más bien un proyecto de Darth Vader, queriendo llevarme a alguien al lado oscuro, aunque pensándolo bien, quizá a veces estar en la oscuridad, es la mejor de las opciones, siempre y cuando, no sea en la ignorancia, que esa es la más peligrosa de las oscuridades.

     Si algo ya tenía claro, y me ha quedado más aún, en las últimas horas, es que no por tener mas  o menos estudios, se es más inteligente, transigente, comprensivo, sensible y educado, creo que eso, es algo que viene dado, y la preparación, lo potencia, sin embargo, la imbecilidad, se potencia sola, aunque yo creo, que hay algunos que han estudiado para serlo, y además se han licenciado con unas notazas increíbles, aunque hubo una asignatura, que como era optativa, y además sabían que suspenderían, pasaron de ella, y no es otra que la inteligencia emocional. Es más, creo que voy a darles la idea de fundar una ONG, a la que pueden llamar, como uno de los artículos de Pérez Reverte: Imbéciles sin fronteras. 

    Me despido por hoy, con una gran frase de Albert Einstein, que decía: educación es lo que queda, después de olvidar, lo que has aprendido en la escuela.

     No tendré carrera universitaria, pero sí tengo carrera en esta vida, y sigo creyendo en lo bueno y generoso, del ser humano...a los iluminados, los dejo que se entiendan entre ellos, que ya tienen faena.

     ¡Feliz vida!

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